viernes, 05 de julio de 2024 00:02h.

La criptomoneda de la red social enciende las alarmas en los bancos centrales de todo el mundo

Facebook y su moneda libra ponen en jaque la soberanía monetaria

facebook
facebook

Hace tiempo que Facebook perdió la confianza del mundo. Hace tiempo que quiere ser un país. La empresa de Mark Zuckerberg trata de conectar dos vértices que se repelen como cargas magnéticas del mismo signo. Pero lo que la física niega lo sustituye la ambición, que es igual de inmensa que un océano sin orilla. La red social persigue convertirse en una nación rica, superpoblada, con cerca de 2.400 millones de usuarios (sumando WhatsApp, Instagram y Facebook Messenger) que habiten su tierra digital. Una geografía conectada 24 horas diarias que transforme una torrentera de billones de datos en riadas de dinero; una nueva superpotencia surgida de la tecnología no de la geopolítica del hombre.

ZUCKERBERG desperto hace 18 meses con ese sueño. Desde entonces, en la sede central de la compañía, en Menlo Park, California, un equipo ha trabajado en secreto en recrear la identidad económica y social de un país: su divisa. El resultado es la forja de libra. Una criptomoneda que la red social planea lanzar en 2020 respaldada por 27 empresas, entre ellas Visa, Mastercard y Uber, y que puede ser un caballo de Troya geoestratégico y financiero. Si (porque esta historia se escribe en condicional) los 2.400 millones de usuarios de la plataforma utilizaran esta ciberdivisa para comprar y enviar dinero (como se hace en PayPal o WeChat) se podría convertir en la mayor entidad financiera del planeta. Si cada ahorrador occidental destinara una décima parte de sus fondos a libra, valdría dos billones de dólares. La alborada de un coloso —y su potencial desestabilizador— en el mercado de bonos. “Esta divisa son palabras mayores y hay que manejarse en terrenos de una gran cautela”, advierte Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI). “Es como si un Estado nuevo, y poderoso, emitiese una moneda que estuviera entre las 10 más importantes del mundo”. Una divisa que además guarda la capacidad de rendir la soberanía monetaria de naciones débiles.

Facebook , su moneda y sus socios oculta dentro un “tic-tac” que supera los límites de la economía. Porque, hasta ahora, la forma en la que se estructura el dinero y los pagos eran función exclusiva de las instituciones democráticas no de las grandes tecnológicas. Estos días, los reguladores se preguntan si las viejas herramientas de política económica servirán para controlar a estos gigantes. Usurpadas las funciones, se inflaman las luces rojas. “Todos los bancos centrales del mundo se opondrán a libra y Mark Zuckerberg, quien tiene una riqueza neta de 73.600 millones de dólares, puede arriesgarse a hacerlo. Sin embargo cuenta con amplias posibilidades de salir perdiendo”, reflexiona Guillermo de la Dehesa, presidente honorario del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de Londres. De momento, se extiende la cautela de la que advertía Ontiveros. El Bundesbank alerta del “retorno al Salvaje Oeste dentro del sistema monetario” y el Banco de Inglaterra se aproxima “con una mente abierta pero no con una puerta abierta”. Una desconfianza que impregna a los propios dueños. “Me preocupa que libra le haga a la industria financiera lo que Facebook le hizo a la privacidad y al debate público”, alerta Jonas Kron, vicepresidente sénior de la firma de inversión Trillium Asset Management, que tiene unas 53.000 acciones de la red social.