El reciente y  lamentable caso en que las instalaciones de la fábrica de plástico Polyplas, hicieron explosión mientras eran abastecidos de combustible, específicamente de gas natural, nos tiene que llevar a la reflexión y hacernos algunas preguntas sobre las plantas o envasadoras de gas licuado de petróleo GLP, gas natural, etcétera, que tenemos en las mayoría de la ciudades de nuestro país. Ya hemos vistos de que es capaz una explosión de este tipo.  

Es verdad que no fue una envasadora la que explotó, pero yo me pregunto ¿si sucediera una explosión en uno de estos negocios que están prácticamente juntos con las viviendas, escuelas y hasta hospitales? El saldo de víctima se incrementaría significativamente.  

¿Hasta cuándo esperaremos para regular estos negocios y sacarlos de las zonas pobladas? ¿Hasta cuándo tendremos que dormir   junto con el enemigo?

¿Hasta cuándo se permitirá que un sector que vive tranquilo y en paz se instale un negocio de este tipo o permitir el asentamiento humanos alrededor de una estación previamente establecida? Son muchas las preguntas que podemos hacernos sobre este problema.

No esperemos una desgracia para entonces hacer lo que nos endilgan los hermanos haitianos cuando dicen: que el dominicano compra condado después que le roban.