A propósito  de que el pasado sábado 26 de enero se conmemoró un aniversario más del nacimiento del prócer independentista, General Juan Pablo Duarte, me pareció oportuno enfocarlo en su juventud, antes de convertirse en el gran artífice de nuestra independencia y alcanzar los más importantes honores como el primer y más grande dominicano de todos los tiempos.

¿Quién fue Juan Pablo Duarte en su juventud?

Fue un joven de estudios, una persona con grandes sueños, un visionario en el cuál germinó la semilla de la independencia que había sembrado Ramón Núñez de Cáceres, en la población de la parte este de la isla de Santo Domingo en el año 1821.

Juan Pablo Duarte, tenía un gran proyecto, era el de un país libre e independiente, logró contagiar a otros jóvenes de su época para llevar a cabo algo de lo que  estoy seguro que al momento de presentarlo alguien  se mostró escéptico y pensó que era una locura y una pérdida de tiempo; regularmente los grandes proyectos al nacer son una locura para el que no tiene visión y escucha lo que se planea hacer, y  muchos están dispuestos a luchar en contra del visionario, solo porque les molesta que alguien a su alrededor quiera emprender y salir de la desidia en la que muchas veces nos encontramos. 

Yo que no soy historiador, ni nada parecido, me tomaré la osadía de definir la vida de éste gran hombre en tres palabras; Visión, Sueños y Persistencia.

En ésta época de anti-valores creo que la juventud de mi país tiene un gran ejemplo en el Padre de la patria, su pasión, entrega y persistencia lo llevaron a lograr la independencia de la que gozamos hoy. La mejor manera de honrar la memoria de Juan Pablo Duarte, creo que sería emulando su obra, estudiando, trabajando y luchando por nuestro país, para con estos conocimientos poder aportar para la mejora de nuestra sociedad y que existan más jóvenes con visión, pasión y entrega, dispuestos a defender su país en cualquier momento y situación que nos depare el futuro.